Las nuevas tecnologías relacionadas con la reproducción humana nos están llevando a considerar al hijo como un proyecto, un producto de nuestra voluntad en vez de considerarlo como un don. El desarrollo cientifico es algo estupendo y propio del hombre, ser racional e intelectual. El problema se plantea cuando el hombre se considera dueño y señor de la vida y no administrador.
"Un hijo debiera ser acogido como un forastero al que dar cobijo" ha declarado el Dr. Kass experto en bioética de la Universidad de Chicago. Pensar que tenemos derecho a un hijo nos puede llevar a considerarlo como "algo" en vez de como "alguien".
Este pensamiento me vuelve a llevar a la siguiente consideración: no todo lo científicamente posible es ético. No tenemos derecho a ver satisfechas todas nuestras apetencias y menos cuando es a costa de otros seres humanos: ¿Cuantos embriones de bebes humanos son sacrificados cada día por conseguir un hijo mientras se protegen los de especies animales?
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