Me contó una secretaria que le pidió a su asistente que buscara en los archivos un informe sobre "Riego en los jardines públicos". Éste se dirigió al cuarto de archivos y después de 15 minutos todavia no habia vuelto. Impaciente, mi amiga se dirigió al archivo y encontró al asistente revolviendo papeles y muy nervioso. Ésta fue la conversación que mantuvieron:
-¿Que hace Andrés, no encuentra el informe?. La contestación "Estoy buscando por orden alfabético, pero todavia voy por la A?". "¿Cómo es posible que no haya pasado de la letra A si lleva mas de un cuarto de hora?". "Es que hay muchos cajones con informes que empiezan por A". Efectivamente la secretaria pudo comprobar que el 90% de los Informes estaban clasificados por A.
Al preguntar al asistente cómo era posible esto y que cómo archivaba. La respuesta la dejó asombrada: "Los clasifico por la primera letra, y en la mayoria de los casos es la A de asunto"
Bromas aparte. Ésta anécdota me ha servido para pasarla al terreno de la propia vida: quien no es capaz de poner orden en su cabeza, si no se archivan correctamente y por prioridades los temas importantes de la vida es muy fácil que se pierda mucho tiempo buscando lo que se debe hacer y finalmente no se haga.
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