La necesidad de tener que hacer algo es característico de nuestra sociedad. El ritmo que nos impone la vida hace que en numerosas ocasiones seamos incapaces de pararnos a contemplar y saborear la vida.
Esta necesidad de hacer cosas se traslada a los distintos ámbitos de nuestra vida, tanto en el orden profesional como en el social o familiar. En numerosas ocasiones, llevados del ritmo frenético, los padres de familia buscan recetas para poder educar a los hijos.
Un amigo me hacía hoy la siguiente reflexión: " Los padres buscan recetas, listas de cosas que hacer para educar a sus hijos. Estas listas suelen ser largas y como falta tiempo y, en el fondo, razones para actuar de tal o cual manera, al final no sirven para nada. Los padres no se dan cuenta que sus hijos necesitan, principalmente, ver a papá y mamá juntos y tratándose con respeto y cariño. Lo importante para la educación de los hijos es que el niño, tirado por el suelo jugando con un coche, levante la vista y vea que papá y mamá se quieren".
Me ha gustado la idea, me ha hecho reflexionar. Creo que es importante fijar objetivos y metas con los hijos, sin embargo esto no sirve para nada si no se sabe el por qué y para qué. Si no se hace desde el amor, sería pura teoría.
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