Comentaba hace unos días con un amigo acerca de lo complicado que es formar una familia. Por un lado, el ambiente social y laboral lo complican mucho, sueldos bajos, horarios de locura, …. Por otro, una presión brutal del individualismo; lo peor de cada uno de nosotros: ir a lo nuestro.
Con estos mimbres resulta difícil construir una familia y un ambiente familiar adecuado. Sobre todo, sin tiempo y yendo cada uno a lo suyo es imposible ser familia.
Como esto es lo que hay, se me ocurrían tres ideas, sólo tres, para mejorar la familia mejorando cada uno. Seguramente podrían ser veinte o treinta ideas, pero lo bueno si breve, dos veces bueno. Es mejor luchar en pocos frentes y que estos sean concretos.
Uno. Buscar como locos un tiempo de estar todos juntos, sentados, tranquilos, con las menos interferencias posibles, pasando un rato divertido: comida, merienda o cena en familia.
Dos. Descubrir aquellos pequeños servicios que podemos hacer a los demás, a veces será una simple sonrisa, otras ayudar en una tarea. Escribo a propósito descubrir, que significa buscar, y no esperar. Para ello hace falta estar más pendiente de los demás y menos de sí mismo.
Tres. Rezar cada día unos por los otros; lo que supone estar al tanto del otro, de sus alegrías y preocupaciones, conocer lo que necesitan.
Tiempo físico para estar juntos, salir de sí mismo estando pendientes unos de otros, compartir alegrías y preocupaciones y apoyarse en la oración. Tres trabajos para poner en práctica.
Ya me contaréis si os ha sido útil.
Deja una respuesta